La realidad venezolana en cuanto al ambiente empresarial, en líneas generales, se desarrolla en un marco fuera de lo formalmente establecido.
Se observa de manera resaltante que la mayoría de las actividades productivas, en este caso la textil, están basadas en estructuras informales, que no favorecen el trabajo estable y continuo, dejando de lado todo el asunto de la seguridad social y el fomento para desarrollar el sector y la economía nacional.
El estado venezolano ha tratado de conducir al sistema productivo nacional hacia la incorporación de este gremio y su gente, al modelo formal que pueda causar desarrollo en la economía y así mejorar la calidad de vida de la población. Tomando el ejemplo de otras naciones, se ha observado que este planteamiento ha resultado exitoso y contribuyó directamente al desarrollo socio-económico de cada uno de ellos.
En el caso de Venezuela, el tema es un poco complicado debido al enfoque que cada individuo posee, y es que existe una predisposición de la gente orientada a la informalidad, y la falta de planificación y control en las actividades productivas. Adicionalmente a esto se observa que hay un desinterés por parte de los microempresarios hacia el nivel de calidad de vida que llevan sus trabajadores.
Venezuela está necesitada de invitar a su sistema productivo a desempeñarse en los canales regulares y formales que el estado y las legislaciones han definido.
Se observa de manera resaltante que la mayoría de las actividades productivas, en este caso la textil, están basadas en estructuras informales, que no favorecen el trabajo estable y continuo, dejando de lado todo el asunto de la seguridad social y el fomento para desarrollar el sector y la economía nacional.
El estado venezolano ha tratado de conducir al sistema productivo nacional hacia la incorporación de este gremio y su gente, al modelo formal que pueda causar desarrollo en la economía y así mejorar la calidad de vida de la población. Tomando el ejemplo de otras naciones, se ha observado que este planteamiento ha resultado exitoso y contribuyó directamente al desarrollo socio-económico de cada uno de ellos.
En el caso de Venezuela, el tema es un poco complicado debido al enfoque que cada individuo posee, y es que existe una predisposición de la gente orientada a la informalidad, y la falta de planificación y control en las actividades productivas. Adicionalmente a esto se observa que hay un desinterés por parte de los microempresarios hacia el nivel de calidad de vida que llevan sus trabajadores.
Venezuela está necesitada de invitar a su sistema productivo a desempeñarse en los canales regulares y formales que el estado y las legislaciones han definido.
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